Asesinan por venganza a jefe de municipio escolar
“Yo le decía, no tomes la jefatura escolar, eso trae muchos enemigos por la corrupción que te vas a conseguir”, fue la frase que con impotencia exclamó uno de los docentes junto a los compañeros de trabajo que permanecían en las afueras de la morgue del Hospital Adolfo D’Empaire en Cabimas.
Miradas inciertas se entrelazaban entre los familiares y docentes. Ninguno daba crédito al hecho. Describieron al joven docente como abnegado, disciplinado, honrado y luchador por los intereses del gremio docente. “Él le dio cese a varios docentes que incumplían con sus funciones e incluso unos que se fueron del país y seguían devengando sueldos y salarios. Sabemos que fue un sicariato por la forma tan vil en cómo lo asesinaron”, dijo el docente
Editor
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A Luis Gabriel Viloria Oberto (31) lo mató ayer, a la 1.30 de la tarde, un desconocido con una gorra que le cubría el rostro. Corría por la acera e interceptó el vehículo Mitsubichi,
estacionado frente en el Anexo Simoncito Sara Montiel, en Tía Juana, donde se embarcaba en el asiento del copiloto. Su verdugo le disparó cinco veces en la cabeza. El compinche lo esperaba a bordo de una moto y huyeron. El joven apenas tenía un mes que le habían asignado el cargo de jefe del municipio escolar en Simón Bolívar.
estacionado frente en el Anexo Simoncito Sara Montiel, en Tía Juana, donde se embarcaba en el asiento del copiloto. Su verdugo le disparó cinco veces en la cabeza. El compinche lo esperaba a bordo de una moto y huyeron. El joven apenas tenía un mes que le habían asignado el cargo de jefe del municipio escolar en Simón Bolívar.
El sicario lo maldijo y le ordeno salir del carro. El joven docente apenas puso medio cuerpo afuera cuando el homicida desenfundó el arma de fuego en su contra. Una de las balas atravesó la zona intercostal derecha de Mariela Colina, coordinadora administrativa de la Jefatura Escolar en Simón Bolívar. Algunos testigos la trasladaron hasta una clínica privada, donde se recupera de las heridas.
Ambos supervisaban las instituciones. “Yo le decía, no tomes la jefatura escolar, eso trae muchos enemigos por la corrupción que te vas a conseguir”, fue la frase que con impotencia exclamó uno de los docentes junto a los compañeros de trabajo que permanecían en las afueras de la morgue del Hospital Adolfo D’Empaire en Cabimas.
Miradas inciertas se entrelazaban entre los familiares y docentes. Ninguno daba crédito al hecho. Describieron al joven docente como abnegado, disciplinado, honrado y luchador por los intereses del gremio docente. “Él le dio cese a varios docentes que incumplían con sus funciones e incluso unos que se fueron del país y seguían devengando sueldos y salarios. Sabemos que fue un sicariato por la forma tan vil en cómo lo asesinaron”, dijo el docente.
Sus familiares dejaron claro que no había recibido amenazas de muerte. La Policía Científica maneja como móvil la venganza sin descartar otras hipótesis. El personal docente, administrativo y alumnos están conmovidos por la trágica noticia. Residía en el sector San Isidro, en la Costa Oriental del Lago. No tenía hijos.
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