“Cuerdas”: un conmovedor corto sobre inclusión, respeto, amor y vocación

Es imposible no emocionarse con la historia de María y Nicolás, dos niños cuyas vidas se cruzan por una muy buena razón.
Escrito por: Camila Londoño


Cuerdas es una historia de dos grandes amigos, pero también es una historia de inclusión, de respeto e incluso de amor y vocación. El cortometraje de Pedro Solís García, ganador del Goya 2014 en la categoría de “Mejor cortometraje de animación español”, empieza en el Orfanato Provincial tras el recibimiento de un nuevo estudiante: Nicolás Solís, un niño con parálisis cerebral. Todos en la escuela hablan de él como alguien “especial”.


Sin embargo, para una alumna llamada María, él es sólo un niño que necesita una mano amiga. Aunque sus compañeras la catalogan como “rara”, desde que Nicolás llega, María se acerca a él y encuentra la forma de integrarlo en sus juegos amarrando su mano a la de él con una cuerda.

Gracias a ella y su estrategia, Nico, inmóvil en su silla, aprende a jugar fútbol, a mover sus brazos, a saltar la cuerda e incluso, a convertirse en pirata.

La entrega y el cariño de María lo hacen sonreír más de una vez y durante algunos días, la labor de esta niña también aporta enormemente a su estado de salud. Un día, Nico no se siente muy bien y no logra salir al patio con su nueva amiga. Entonces ella, una vez más, se las ingenia para hacerlo sentir mejor… esta vez, bailando con él.

Caminando por los pasillos de la escuela, María encuentra la silla de Nico vacía, con la cuerda que ella utilizaba para jugar con él.

Ilusionada, imagina que Nico se paró de su silla gracias a su entrenamiento de mejor amiga. Pero las cosas no son como parecen y de una forma inesperada, se entera que Nico no pudo superar la enfermedad. Devastada, María derrama algunas lágrimas, toma la cuerda y la amarra a su muñeca como solía hacerlo cuando estaba junto a él.

El corto termina 20 años después de ese episodio, con la escena de una profesora de matemática entrando a la sala de clase de un Centro de Educación Especial.

Dicho centro solía ser el orfanato y la profesora que está entrando al aula es María, quien todavía conserva aquella cuerda que amarró en su muñeca el día que Nico falleció. María marcó la vida de su amigo, pero Nico también marcó la de ella; por él, la niña creció para entregar su vida a otros estudiantes con necesidades especiales. Gracias a él, María encuentra su vocación y crece para convertirse en una profesional, que como muchos docentes, cambia vidas a diario.
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