La disfemia o tartamudez

La disfemia o tartamudez es una perturbación de la fluidez de la expresión verbal caracterizada por repeticiones, bloqueos, espasmos o prolongaciones involuntarias de sonidos y sílabas sin que existan anomalías en los órganos de fonación. Se acompaña frecuentemente de mutismo, retraimiento y evitación de situaciones en las que el niño se vea obligado a comunicarse. Muchos autores emplean el término “disfemia” para referirse al trastorno y “tartamudez” como la forma peculiar de habla.


Muchos autores emplean el término “disfemia” para referirse al trastorno y “tartamudez” como la forma peculiar de habla.

Según su origen, se diferencian dos tipos de disfemia:

Neurogénica: es resultado de una comunicación deficiente entre el cerebro, los nervios y los músculos como consecuencia de una patología cerebrovascular.

Psicógena: de origen psicológico. Puede estar provocada por un trauma grave o por situaciones de angustia o ansiedad.


Según su sintomatología, diferenciamos:

Tartamudez tónica: se caracteriza por el habla entrecortada con espasmos iniciales. El niño emite a continuación un discurso precipitado acompañado de una gran tensión muscular.

Tartamudez clónica: se caracteriza por las repeticiones silábicas involuntarias y bruscas antes de iniciar la frase o en el curso de la misma. Se acompaña de contracciones labiales breves y rápidas.

Tartamudez mixta: es el tipo más frecuente de disfemia. Combina características de los dos trastornos anteriores.

No es infrecuente que muchos niños muestren los dos y tres años de edad una tartamudez evolutiva, que se manifiesta en forma de repeticiones o bloqueos y que, en la mayoría de los casos, remite totalmente.

Su causa no está plenamente identificada si bien parecen intervenir en la misma tanto factores intrínsecos a la persona como ambientales.
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